lunes, 15 de junio de 2015

§ 77. Elogio de la Revista de Seguridad Social.

 Períodos convulsos vivimos en el mundo de las publicaciones jurídico-laborales: editoriales, revistas, y libros. Además de la imparable presencia de los libros en formato electrónico, en algunas de las varias plataformas que existen, las tradicionales revistas en papel [y, por extensión, en formato electrónico] han vivido una auténtica revolución: cambios de directores, refundación de las clásicas en una nueva,  e incluso modificación de estrategias. La REDT ahora es la nREDT, Aranzadi Social se ha refundido con otras en esta nueva, que al menos mantiene la numeración histórica, lo cual es de agradecer, el grupo la Ley extingue Actualidad Laboral y Relaciones Laborales y crea una nueva revista, que tiene todos los visos de convertirse en señera en la materia.
 Pero en este mundo tan complicado, tan intrínsecamente competitivo, hay todavía iniciativas que sorprenden, por su valentía, por su acierto, por su interés, y porque, de alguna manera, nos conectan con aquellas forma de hacer trabajos académicos de hace años... el papel, la cita con mención de pie de página y no con la sustitución por el formato electrónico, la acumulación de volúmenes en la estantería... La vuelta a los fundamentos básicos de la construcción académica.
 La creación, por la iniciativa y el empeño personal de Francisco Ortiz, de una Revista completamente nueva, como la Revista de Seguridad Social, es, desde luego, una idea muy interesante y encomiable. Por dos razones. En primer lugar porque no cuenta con apoyo alguno para su edición, él y sólo él empuja esta idea, respaldado únicamente por su capacidad y su ilusión y la experiencia que tiene por haber construido una de los proyectos editoriales más bonitos en el área social del derecho: la editorial Laborum.
 Comenzar una revista jurídica de publicación periódica sin ningún tipo de apoyo institucional, sufragando su edición, con el objetivo de situarse en un estrato significativo del mercado jurídico es un esfuerzo que merece la pena ser destacado. No sólo tiene que convencer a los suscriptores de este tipo de revistas: universidades, bufetes de abogados y procuradores, instituciones oficiales: colegios de abogados y demás... Sino que tiene que situarse en el mercado competitivo, "robando" clientes de otras revistas más clásicas, más señeras, y con un fondo de armario más que notable.
  Además se hace abriendo una brecha en el mercado, a puerta gayola: directamente acudiendo a un sector del mercado editorial no tratado directamente por ninguna otra revista, la Seguridad Social. Más allá de la idoneidad u oportunidad de esta idea, a mi juicio estupenda y completamente necesaria, debe reconocerse lo difícil que es abrir mercado sólo en un sector del ordenamiento laboral. Tiene una ventaja añadida, que sólo se apreciará dentro de un tiempo, cuando la revista se consolide: que puede convertirse en la revista, en la referencia en la materia, en la más importante dentro de su espectro objetivo de actuación.
  La labor de dirección de la revista, la responsabilidad académica no puede estar en mejores manos. El Profesor Monereo Pérez está construyendo (lleva ya tiempo en ello) una de las editoriales más bonitas y más versátiles en la actualidad del Derecho del Trabajo, la editorial Comares con iniciativas tan interesantes como la recuperación de obras clásicas en la materia. Estoy convencido que va a llevar a buen puerto este proyecto editorial.
  No soy objetivo en este tema. Tampoco lo pretendo, esto es un blog personal, propio y que sólo responde a los propósitos de su redactor. Tengo por Paco Ortiz lo que, recusablemente se considera un afecto sincero, desinteresado y que se fortaleza con el trato. Tengo una amistad con Paco, por muchas razones, que ahora no vienen al caso. Le tengo no sólo por persona cabal, sincera, afectiva y muy cariñosa, sino, a lo que ahora importa, de gran preparación jurídica, finalmente adornada con la lectura de su tesis doctoral (lástima que no pude ir al acto, el miércoles anterior estuve en Murcia y desde Cáceres, volver en cinco días era inviable desde el punto de vista de la conciliación de la vida familiar: hijos, más que nada...), y con una iniciativa personal enorme, con una capacidad de autogenerar ilusión para acometer proyectos editoriales estupenda. 
 La revista merece tener no sólo una oportunidad, que la tiene y que creo que la va continuar teniendo, sino éxito. Exito, en el sentido que los proyecto editoriales lo tienen que tener: continuar editándose con periodicidad y continuidad con absoluta normalidad.
  Todos los académicos del Derecho del Trabajo tenemos que agradecerle el esfuerzo que realiza Paco Ortíz: personal, laboral, de coordinación, y supongo que incluso económico.

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