martes, 21 de mayo de 2013

§ 43. VV. AA. (Editores: Hernández Alonso, J.; Xavier Pericay Hosta, X, y Delgado Gal, A.).: La universidad cercada: Testimonios de un naufragio, Anagrama, Col.: Argumentos, 2013


   Interesantes compendio de estudios sobre el estado actual de nuestra Universidad, especialmente enrarecida tras la implementación de los diferentes planes Bolonia y el período de recortes en los que vivimos, que naturalmente afectan a la institución en su conjunto.
   Diferentes Catedráticos, (de asignaturas de todo tipo -jurídicas y no jurídicas-) recién jubilados, muchos de ellos entre la frontera de los 65 y los 70 años, es decir, antes de la edad límite, deciden contar sus experiencias sobre cómo funciona el sistema universitario y cuál ha sido el deterioro constante en el que parece haberse instalado.
    Y el panorama no parece ser menos desolador que un desierto: desinterés, falta de profesionalidad del profesora, nulo apoyo institucional, caciquismo a dosis industriales, desidia de los estudiantes, mala preparación en general y sobre todo nula expectativas de salir de la crisis y meter a la universidad en una senda lógica al margen de las demás instituciones, como isla propia regida por sus propias reglas de sabiduría y docencia. Nada de eso es lo que es la Universidad.
   Muy interesantes y formativas son las páginas que se dedican a analizar los tres tipos de Universidades Europeas: alemana, o de investigación; británica, o de élite cultural, y francesa, o de docencia dirigida a la obtención de un empleo.
   Todos partes, o la mayoría, parten del estudio de Ortega sobre los fines de la Universidad de 1930, dándole cada uno  una perspectiva propia, en algunos casos muy diferenciada.
   Me llama poderosamente la atención la percepción que tienen casi todos los autores sobre la falta de eficacia de las leyes que rigen el sistema universitario. No conceden eficacia transformadora a las diferentes normas que la democracia ha evacuado, especialmente a las del siglo XXI, siendo algo mejor el juicio crítico de la LRU,
   De risa, directamente sino fuera tétrico, es la anécdota de haber introducido el currículum de un premio Novel en el sistema automático de la Aneca y comprobar con estupor que "no se hubiera acreditado".
   En definitiva, libro interesante para los que gusten del ensayo en general, y de la reflexión al hilo de los problemas educativos y universitarios en general.






lunes, 6 de mayo de 2013

§ 42. Absentismo laboral


Magnífica monografía sobre absentismo laboral.

Sobre la moratoria en los despidos...

El PSOE acaba de lanzar una serie de medidas laborales para superar la crisis económica, o al menos, para coadyuvar a ello.
Llama la atención la concerniente a articular una moratoria para los despidos por causas económicas. 
   Concretamente se propone: "Crear un Fondo Público de 20.000 millones de euros para la Financiación de las empresas (inversión y liquidez), el fomento del autoempleo, la iniciativa emprendedora y la internacionalización de las empresas".
  "Para alcanzar una moratoria de los despidos por causas económicas durante 2013, 2014 y 2015, proponemos un Programa Extraordinario de Mantenimiento del empleo consistente en ayudas a las empresas en dificultades que se comprometiesen a no despedir a sus trabajadores y optasen por una reducción de jornada. En este caso, el trabajador percibiría su salario reducido en la proporción en que se ajustase su jornada. El coste del puesto de trabajo que se mantuviese correría a cargo del empresario y del Estado, a partes iguales. En el caso de trabajadores mayores de 50 años, la aportación del Estado alcanzaría el 60% (en Alemania empresas cuya plantilla conjunta supera la cifra de 1,5 millones de trabajadores se han apoyado en este programa, denominado Kurzarbeit)."
   Desde luego son medidas bastante diferentes de la empleadas hasta la fecha, vinculadas con el gasto público, tan querido por la socialdemocracia. Más allá de que no dicen de dónde va a salir el dinero, problema no menor, me surgen desde el punto de vista laboral en sentido técnico algunas dudas del encaje de la medida en la lógica productiva que regula el Estatuto de los Trabajadores.
Esencialmente las siguientes:
         - Quién abona el coste de las aportaciones a la Seguridad Social vía cotización.
         - Qué plazo temporal tendría la medida. ¿Sería por todo el período de referencia, tres años?.
       - ¿La medida sería indiscriminada, para cualquier tipo de empresa, o se vincularía con algún tipo de requisitos que necesariamente deban reunir estas?.
        - ¿Qué requisito deberían tener los trabajadores, sería para cualquier tipo, o con algún tipo de exigencias singulares?.
         - ¿Cómo se articularía jurídicamente?, ¿introduciendo un nuevo supuesto de suspensión del contrato de trabajo en el artículo 45 ET?
          - ¿Sería necesario modificar el precepto que regula qué ha de entenderse por despido colectivo?
          - ¿Se articularía como una especie novedosa de desempleo parcial?
          - ¿Sería necesario articular todo el expediente para luego, en el último momento, concretar esta medida?
     - ¿Sólo es viable colectivamente, no puede concretarse individualmente?
     
 Me parece que las dudas que arroga la medida, más allá de su efectividad política que no sé qué recorrido puede tener, impiden su realización práctica, esencialmente porque se encuentra fuera de la lógica productiva. Favorecería el fraude sobremanera, y permitiría mantener empleos de una manera absolutamente ficticia. Además sería un semillero de problemas, además de un absoluto dispendio desde las arcas de lo público. Dudo, incluso, que con la nueva mención del art. 135 CE tenga encaje constitucional.
   Quizá la medida pudiera tener encaje dentro de las orquestadas para castigar los eres en empresas que hayan obtenido beneficios, pero tampoco es exactamente eso lo que se pretende.
    A falta de una concreción técnica más detallada, la idea parece en sí misma desproporcionada.